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Esta portada habría quedado mejor en el tomo. | |
Mark Millar es un guionista muy de moda, eso nadie lo puede negar. Como tampoco se puede negar el que pueda llegar a ser un tanto repetitivo con algunos conceptos (jóvenes supermegaguays chulos de la ostia que te sueltan un sopapo cuanto menos te lo esperas...). Aún así, se trata de alguien muy capaz, que ha realizado grandes obras como su etapa en Authority, la genial Superman Rojo y su trabajo más archiconocido: Ultimates.
Ahora ha creado su propio sello independiente, el Millarverso, del cual solo han salido dos series suyas, aquí en España. Estas son El Elegido (de la cual no tengo el gusto) y la que nos ocupa: Se Busca.
Esta miniserie juega con el concepto de qué sería de nuestro mundo si fuera dominado por supervillanos a la sombra, si los superhéroes fueran masacrados y tomaran el control absoluto sin que nosotros lo sepamos. Por desgracia, los grupos criminales están divididos por continentes, y no todos desean ese encubrimiento, desean salir a la luz y armar "la gran fiesta".
Todo esto está contado bajo el punto de vista de un humano normal y corriente (un poco pardillo, todo hay que decirlo) que acabará convirtiéndose en un peón muy importante para la trama y en uno de los peores supervillanos que jamás hayan existido.
Millar juega con el concepto de antihéroe, llevado hasta las últimas consecuencias. Digo esto porque, aunque nos encontremos con villanos, siempre los habrá peores que otros, siempre habrán quienes prefieran enriquecerse sin más y luego los que buscan solo diversión a partir de la sangre. Es un concepto genial y bien tratado, a veces me da la impresión de que estoy delante de la versión superhéroe de American Psycho, por eso de mostrar el lado más primitivo y oscuro del ser humano, el que todos escondemos y espera paciente su debut. El desatar de la libertad más caótica.
Hay bastante humor y situaciones tomadas a risa, como algunos villanos, ordinarios y burdos como nunca los has visto. Conoce a Cabeza de Mierda, conoce a Dos Pollas, conoce al Superman retrasado mental... Lo mejor, es que encima muchos de ellos imponen, de verdad que dan miedo. Sobre todo Cabeza de Mierda, prefería enfrentarme al dr. Muerte, en serio.
Por otro lado, podemos ver pequeños guiños a los personajes de cómic de toda la vida, como el origen de los padres de Batman o la teoría del multiverso. Hay de todo.
Si es que por haber... hasta podemos encontrar un montón de personajes de Marvel y DC por las páginas del tomo, bien escondidos o reconvertidos en diferentes versiones. Podemos ver la espalda de Magneto, una especie de pseudo-Lobezno, Flash anda por ahí como supervillano, una versión curiosa de Poison Ivy...
En fin, que una vez que te acabes el cómic, presta mucha atención, que hay curiosidades para rato.
Es una trama que se desarrolla de una manera muy ágil, divertida, entretenida... Realmente el cómic engancha como muy pocos pueden hacerlo, porque está repleto de elementos que funcionan con mucha solidez y eficacia. Además, tiene una estupenda sorpresa reservada al final, que no será del gusto de más de uno.
Lo único que puedo achacar a todo esto es, algunos detalles como la facilidad de la que hace gala el protagonista para acabar con todos los supervillanos que le hacen frente, excesivamente exagerado. Por no hablar de la chulería que destilan todos los personajes en todo el tomo, que encuentro adecuada por el tono de la historia (y divertida, sinceramente) pero puede ser demasiado, hace que los personajes sean un tanto planos. Pero por suerte, puedo afirmar que no lo son tanto.
J. G. Jones es una joya, conocí a este dibujante a partir de su labor en Marvel Boy, que junto a Morrison ilustraba una miniserie no muy distinta a esta, pues también va de un joven anti-héroe, aunque la trama es muy distinta. El caso es que está muy a la línea de Bryan Hitch, es fotorrealista, de narración cinematográfica... solo que tiene mejor conocimiento de anatomía que éste (a mi juicio). Me parece excelente para el tono de la historia y se ajusta como un guante, ofreciendo espectacularidad a raudales y realismo urbano cuando se necesita. Sublime, no tengo quejas. Atención especial al parecido del protagonista con Eminem, ¿exigencias de Millar?
Pues eso, estamos ante una gamberrada de Millar, que se burla de la condición humana y de nosotros mismos, realizada con mucho juicio, con mucho acierto y muy, muy divertida. Si quieres pasar un buen rato, este es tu cómic, te encantará.
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