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| El prólogo que nos ha abierto los ojos... | |
Tras leer hábilmente el primer tomo de Hellblazer publicado por Planeta (Terceros Mundos) descubro en el prólogo que nuestro querido héroe roza ya la cincuentena. Mordido por una curiosidad casi bibliotecaria hago un repaso mental a la biografía del personaje. En mitad del batiburrillo de fechas y desencuentros típico en un personaje-franquicia de una gran editorial encuentro un par de datos impepinables. Uno es que Constantine formó parte de un grupo punk justo en el limbo histórico de finales de los setenta. Otro es que en la primera mitad de los noventa nuestro personaje entraba en la cuarentena en una historia con guateque incluido. Entre medias se quejaría de Thatcher o de todo aquello que fuese susceptible de tocarle la moral, se haría amigo de Swampy, bajaría al Infierno alguna vez, conocería al Satanás de Ennis (dejamos para otro día la disparidad entre éste y el Lucifer de Gaiman, ambos personajes de Vertigo y a la vez inscritos en la Continuidad normal de DC, que son el mismo pero no lo son, con todo lo poco que ello conlleva), se iría de parranda con Oneiros, asistiría a una fiestecilla de Luthor...
Y una década después de su cuarenta cumpleaños roza la cincuentena en un prólogo.
Veamos. John debía de rondar los veinte años a mediados de los setenta, quizás algo menos, los cuarenta veinte años después y los cincuenta justo una década más tarde. Va un poco justo, puede que incluso algo apresurado, pero en esencia todo parece normal. Lógico. Matemático.
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¿Nadie ve nada raro?
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¡¿Nadie se ha dado cuenta de que Constantine es el único personaje conocido del mainstream que cumple años al ritmo normal?!
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Pero... Vamos a ver... Constantine se ha cruzado con medio universo DC (directa o indirectamente) y mientras todos iban cumpliendo años muy de vez en cuando (o nunca, una vez consolidado el scope de un personaje) él seguía imperturbable, a su bolita, añadiendo marcas a su calendario. Estamos todos de acuerdo en que físicamente no ha cambiado apenas nada desde su primera aparición en Swampy, pero él se las ha aviado para ir recogiendo regalos, amigos muertos y borracheras con maníaca periodicidad. Para sus amigos no magos todo sería muy raro, evidentemente. "Hola, soy Clas, mañana es el cumpleaños del hijoputa y he pensado que podríamos tomarnos unas copas en su casa". "Uhmm... ¿No cumplió años hace un par de meses?". "No, no, ya ha pasado un año entero... Fíjate que han pasado las cuatro estaciones desde la última vez, Navidades Blancas incluidas". "Ah, pues es cierto... Pero... ¿Por qué tengo esa sensación...?" "¿A qué te refieres...?" "Ya sabes... A veces me da la sensación de que sólo envejecemos los amigos de John." "¿Ugh?" "Sí, mira, el chiflado de Batman lleva toda la vida haciendo el mico y los años no pasan por él." "Tendrá superpoderes." "¿Y Bruce Wayne?" "¿Quién?" "¿No lees la prensa del corazón?" "No." "Bueno, ¿y Green Arrow? ¿Por qué no envejece?" "Serán varios tipos que se van pasando el traje..." "Sí, claro, es un traje que se pasa de padres a hijos..." "Será eso, sí." "¿Y Green Lantern?" "¿Cuál?" "Oh, vale, está bien..." "¿Vendrás mañana?" "Sí, claro... ¿A quién le toca morir esta vez?"
Pobres.
Si es que Constantine es un gafe.
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