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Es habitual que si tengo oportunidad vaya al pase de prensa de una película que me interesa y todo daría a pensar que es lo que hice con Indiana Jones pero… no fue así y el motivo es muy simple, preferí esperar e ir al día del estreno con mis amigos y es que hay películas que hay que verlas en la mejor compañía posible.
Así que allí estaba yo con mis amigos, mi camisa, mi americana, un batido de chocolate y un enorme bote de palomitas (de las que no comí ni la mitad y además se me quedaron los labios irritados) para disfrutar de dos horas de ese nombre que es sinónimo de aventuras.
Se apagan las luces, todo en silencio, aparece el logo de Lucasfilm y fue imposible reprimir los aplausos… y comienzo la película con un familiar logo de una montaña al igual que las anteriores.
Estamos en Nevada en 1957, un grupo de militares llega a un enclave militar secreto denominado “Área 51”, allí sacarán a dos prisioneros de un coche que no son otros que Mac e Indiana Jones, con una escena que me encantó y que todos contemplamos en el trailer cuando solo se ve su sombra mientras se pone el sombrero; descubrimos que los militares son rusos que buscan algo en ese almacén lleno de cajas que guarda quién sabe qué misterios… y entonces todo explota y comienza la aventura.
Indy se enfrenta a ellos, huye, corre, pega puñetazos, lanza el látigo, se mete en una nevera, es investigado por el FBI, se encuentra con un joven llamado Mutt Williams (claro homenaje a Marlon Brando) quien le pide ayuda para rescatar a su madre, que no voy a poner su nombre (aunque seguro que todos lo sabemos) por si meto un spoiler sin querer.
Y con todo esto Indiana y su nuevo compañero, a quien amas desde el momento en que moja su peine con una coca, comienzan a recorrer el mundo tras la pista de su madre y las legendarias calaveras de cristal, inspiradas en la realidad como siempre en estas películas, pegándose con comunistas que los nazis ya pasaron de moda, pero estos son más malos todavía.
Y ya está… del argumento no comentaré nada más (al menos hasta dentro de una semana que todos la hayáis visto) y paso a otras cosas de igual importancia.
¿Se nota la poca profesionalidad de este texto? En fin… para críticas terribles tenéis otras web, yo solo os estoy hablando de una película de aventuras que ha tardado 20 años y que me encantó.
Y los años no pasan en balde… ya que nos encontramos con un Henry Jones Jr. Mayor, con más rodaje que contará con la ayuda de un joven en algunos aspectos muy parecido con el que desarrollará una relación parecida a la que pudimos ver en Raiders con su padre.
El tiempo no solo afecta al protagonista, también al argumento ya que, como nos dijeron sus creadores, si las anteriores eran seriales de aventuras de los años 30 esta es sin duda una película de serie B de los años 50 con todos los elementos que las caracterizaban, incluyendo un tipo de iluminación muy concreto.
No os voy a engañar… esta película no es “La última cruzada” pero claro, tampoco lo es ninguna de las anteriores; esta película es la última de Indiana Jones (o así quiero entenderlo) donde se cierran varias puertas del pasado, donde se reencuentra con su gran amor y donde se abren con un par de guiños una posible nueva (y de momento solo rumoreada) saga de aventuras.
Spielberg dijo que “esta película es un regalo para los fans” y el que diga lo contrario es que no ha visto la película con calma; a lo largo del metraje encontramos más de una referencia a las anteriores aventuras del personaje y no me refiero solo al cine, también a la pequeña pantalla con esa genial y divertida serie que era “Las aventuras del joven Indiana Jones”.
Para terminar (que me estoy alargando demasiado para realmente no decir nada) solo voy a poner una frase mi hermano Jim (http://mctempletons.blogspot.com)
- “Pero insisto, en mi opinión, muy divertida, hecha para fans y para pasar un buen rato y recomiendo verla desde ese punto de vista. Alegrad esa cara hombre, que Indiana ha vuelto y sigue siendo él.”
Así que ya sabéis chicos y chicas, quedad con vuestros amigos, pillad un enorme cubo de palomitas y disfrutad durante dos horas de las aventuras de este profesor con látigo que destruye más sitios de los que logra preservar.
La aventura, aunque 20 años más tarde, está servida.
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