A ver como sale...
Más o menos esa era la frase que rondaba por mi mente toda esta última semana y el motivo no era otro que el Salón internacional del cómic de Barcelona.
Si, si... ya sé que he ido a muchos eventos de todo tipo ya sea como visitante, colaborador, organizador... pero... el Salón de Barcelona es el Salón de Barcelona y tantos años (desde que yo recuerdo he querido ir) de espera, en concreto estos últimos cuatro que por varios motivos no logré ir, hacen que los nervios se acumulen. Muchas veces esto hace que luego cuando llegas te decepciones, por suerte no fue mi caso; por supuesto que no era como pensaba de pequeño, pero son ya muchas jornadas y sabes muy bien que esperas. Y puedo decir bien alto que fue lo que esperaba, que lo pasé genial y que sin duda alguna volveré el año siguiente.
¿Qué podíamos ver en el salón?
Lo primero tiendas (realmente me refiero a stands ya que no todos eran tiendas), alrededor de 80 puestos teníamos ante nosotros para poder realizar todas nuestras compras y satisfacer nuestros caprichos. Desde llaveros de Pikachu a figuras de Thor pasando por camisetas de SuperMan.
El gran stock que allí había hacía que pudieras hacerte prácticamente con cualquier material que buscases, ya fuera merchandising, novedades de cómics o viejas colecciones que creías desaparecidas.
Como ya he dicho no todo eran tiendas puesto que podíamos ver también de fanzines, presentaciones o de otras jornadas como es “Ávila, ciudad del cómic joven” al cual por cierto pude acudir el año pasado y os recomiendo fervientemente.
Después de comprar y con el ánimo calmado ya pasamos a fijarnos en todas las exposiciones que había allí desde “300” hasta “BlackSad”.
Blacksad 3: Alma roja, Pablo Auladell: El trazo evocador, El Jueves (30 años) ¡Siempre a nuestra puta bola!, Mil viñetas valencianas, Dimensiones literarias, Recorrido en viñetas por la historia de los catalanes, Astérix y sus amigos, 300: Épica espartana y por último las obras de los alumnos de la Escola Joso.
A lo largo de estas exposiciones podíamos disfrutar de originales de grandes autores los cuales es la primera vez que veían la luz ya que ni siquiera han sido publicados todavía.
Personalmente la que más me gustó fue la de Astérix en la que muchos de sus “amigos” hacían un pequeño homenaje a tantas décadas de buen humor y grandes historias con ilustraciones de Rosinski o Forges por poner un ejemplo.
La segunda que me llamó la atención fue la del cómic Valenciano (supongo que influye mucho que ahora viva en Valencia)y por supuesto la estatua de Blacksad que podíamos ver ante su exposición y la originalidad de El Jueves y su hinchable lleno de reproducciones de obras de sus 30 años de crítica y risas.
Pero todos los que acudieron podían hacer algo más que ver cómics y comprar posters teniendo opciones como acudir a una clase de dibujo de Pasqual Ferry o con el siempre genial Howard Chaykin; o también ser oyentes en alguna de las mesas redondas y charlas que allí se hicieron como “Cómic, literatura y cine: las adaptaciones” o el ciclo sobre Tintín, y por supuesto las presentaciones de novedades de las distintas editoriales que allí acudieron.
Por supuesto el plato fuerte era los dibujantes que hicieron allí acto de presencia y las largas colas que algunos de ellos provocaban. En esta ocasión se pudo contar con Enki Bilal, Carlos Pacheco, JMV, Ángel de la Calle, Jordi Bernet, Salvador Larroca y un larguísimo etcétera que sería imposible poner sin olvidarse a alguno de ellos.
Y como en todos estos eventos no faltaban las personas disfrazadas para dar color y animar el buen ambiente que allí existía. Pudo verse a SuperMan, Linterna Verde, Catwoman, Pikachu, Darth Vader, Stormtroopers, Vega, Soldados espartanos... el límite para estos disfraces es la imaginación de cada uno.
Primera visita pero sin duda no será la última a un Salón que no precisa presentación alguna y al que todo buen aficionado al cómic debería acudir.
Y ya van 25...
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