|
| |
Mike Mignola en una conferencia. | |
"El mejor truco, que el diablo inventó, fue convencer al mundo de que no existía"
Ayer se estrenó la segunda parte de HellBoy, así que nos ha parecido una buena idea hacer un pequeño recorrido por la vida profesional de su autor.
Mike Mignola es un genio.
Así empieza la “introducción descaradamente subjetiva” que hace su admirador más conocido, Guillermo del Toro, en El gusano vencedor (la última aventura que HellBoy protagonizó como miembro de AIDP).
Decir que la película HellBoy será uno de los éxitos (tardíos) del verano creo que no es necesario, tampoco lo es comentar que es una obra de culto que ha visto incrementada su ya importante popularidad con su adaptación al cine pero quizá si sea adecuado hablar un poco del creador en lugar de la creación.
Llevo unos días dando vueltas a como enfocar este texto; comencé pensando en la historia de HellBoy, después quizá en centrarme en la figura de Bogavante Johnson (Temed mi pinza pues he venido a hacer justicia), también en hablar de alguna de sus historias en concreto… y finalmente creo que será más interesante hacer un breve repaso por la vida de este gran autor.
Mike Mignola nació hace ya casi 50 años (en 1960 para ser exactos) en Berkeley, un pequeño pueblo de California en los Estados Unidos.
Como otros tantos autores de reconocido prestigio de hoy en día comenzó sus pasos en los años ochenta en concreto realizando portadas y algunas pin ups para el Comic Reader (una publicación amateur), pero fue en el año 1982 cuando comenzó su carrera profesional como entintador en algunos trabajos para Marvel donde también dibujaría Hulk y algunas historias del Alpha Flight, el supergrupo canadiense.
Tras pasar por las tintas de varias series, como Los nuevos defensores, tuvo su primer encargo a lápiz que además el mismo pasaría a tinta ilustrando un relato sobre Namor que sería complemento del Marvel Fanfare 16. Es curioso como en sus primeros trabajos la atención que lograba era más por parte de sus compañeros y profesionales del medio que la que los propios lectores le prestaban, aunque esto fue poco a poco cambiando con el tiempo.
Durante esta década fue realizando varios encargos para Marvel y DC que poco a poco lograron canjearle el beneplácito del público con obras como Batman: Luz de Gas el otros mundos donde el hombre murciélago se enfrenta con Jack el destripador, Triunfo y Tormento con Victor Von Muerte y el Dr.Extraño o la miniserie que realizó en 1987 contando una aventura del Fantasma Errante con guión de Paul Kupperberg y que personalmente es el trabajo que más me gusta de este autor y el que hizo que comenzara a gustarme. Fue durante esos años, en gran parte en Odisea Cósmica y en el nombrado Luz de Gas, cuando Mignola fue depurando su estilo hasta llegar al que todos conocemos actualmente.
Poco a poco se aleja del cómic de Superhéroes, algo que nunca le atrajo demasiado y que como ha comentado en varias ocasiones “no quería ser conocido como dibujante de superhéroes” y en 1990 se junta con Howard Chaykin en dos proyectos que no llamarían al público y serían un tremendo fracaso comercial. Se encargó también de la adaptación de la película Bram Stroker’s Dracula con tal maestría que llegaría a encargarse del storyboard de algunas escenas y en 1992 diseñó los personajes de Enigma junto a Mr.Freeze para la inolvidable serie de animación de Bat-Man de Bruce Timm y su equipo.
Aunque en este año, 1992, también empezaría a tener dificultades con las dos grandes editoriales de cómic de superhéroes, como por ejemplo un problema en Marvel con una portada que ya tenía realizada y que se propuso después a Rob Liefeld como uno de los intento para que no abandonara Marvel… y finalmente los dos se marcharon de la empresa.
Mike Mignola, junto a otros autores como Art Adams o John Byrne, comenzó una nueva etapa para Dark Horse bajo el sello Legend, y allí sería donde desarrollaría su trabajo más conocido, HellBoy.
Aunque nos hemos situado ya en 1993 la primera aparición del personaje (o de un precursor más bien) fue dos años antes en el programa de una convención además que, tal y como el mismo cuenta, tenía desde siempre al personaje en su cabeza y fue principalmente a raíz de una historia de fantasmas que realizó para DC y que protagoniza Bat-Man cuando decidió que era mucho mejor si creaba su propio personaje para poder realizar las historias que quería contar.
Los comienzos del personaje nos llevan hasta la segunda guerra mundial cuando el brujo ruso Rasputín (el monje loco del que nuestra compañera Patu hace una gran labor de revisión en el Panteón de los personajes ilustres) invoca a un demonio de las profundidades para comenzar la destrucción del mundo, en teoría bajo las órdenes nazis que realmente no sabían lo que pretendía y lo que logró, pero lo que consiguió fue justo lo contrario… un diablo custodio que pelearía para el bien de la humanidad.
Desde la aparición de estas historias, las cuales contarían con guión de John Byrne al principio, la popularidad del personaje ha ido creciendo llegando a su punto máximo con la adaptación de sus aventuras al cine de la mano de Guillermo del Toro, con quien Mignola ya había trabajado en Blade II, y que ayer estrenó en España la segunda y esperada parte de este personaje del infierno que reniega de su maldad y que mucho debe a otros dos grandes genios como fueron Jack “King” Kirby y H.P Lovecraft.
“El enfoque creativo que el lector encontrará en HellBoy es una nueva forma de arte en evolución en sí misma, destinada al público actual y sintonizada con los tiempos que corre. ¡Y además el cómic mola mazo!”
Introducción de Robert Bloch para HellBoy: Semilla de destrucción.
|