Conmovedor retrato de la maldita diferenciación entre las-cosas-que-puedes-o-no-hacer-según-de-qué-sexo-seas, y cómo tienes que estar encasillado en esos cánones o por el contrario no serás aceptado. Buenos los actores, sobretodo el padre retrógrado que no respeta que a su hijo le guste el baile más que darse de hostias como un gilipollas. Lagrimita fácil en algunas escenas y un final más que típico pero no podría acabar de otra forma. Suena The Clash en algún momento (en dos si no recuerdo mal). Dulce, tierna y emotiva.
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