Desde que Bendis aterrizó en la colección de DD de Marvel Knights, el status quo del protagonista ha cambiado por completo.
Empezando por su primera saga, en la que comprobamos como un solo hombre, desconocido, puede poner patas arriba la situación de las bandas de la ciudad de New York, delatar la identidad de Daredevil a la policía y enfurecer a una mujer de tal modo que solo piensa en la venganza. Esta saga acaba de forma muy sorprendente, y es que uno de los miembros de la policia vende el secreto de Daredevil al Globe para poder conseguir dinero, quedando la identidad de Matt Murdock al alcance de todos. A partir de esta saga, vemos una serie de números en los que podemos observar como influye esta situación en Matt Murdock y sus seres más próximos como Natasha, Foggy, Spiderman y la mismísima Elektra, que se pasea sutilmente por un número. Matt intenta engañar a todo el mundo, y es que miente como los abogados hacen, y piensa demandar al Goble para verificar que él no es Daredevil... pero hasta ahora fracasa en el intento de llegar a un acuerdo.
Ahora, llega esta saga, que supone un descanso a la trama que Bendis ha estado arrastrando lentamente estos primeros números, y que también es un descanso para Maleev, que no dibuja ningún número de ésta. Pues bien, Bendis no trata al superhéroe, sino al abogado que hay detrás, de una manera magistral. Los tres números se mueven en un juicio, vemos el juicio de arriba abajo, con todos sus detalles, con los abogados haciendo su trabajo, visitas a la celda del acusado (que además es un superhéroe), el otro abogado, yendo a por todas y testigos con pruebas. Todo realmente bien hecho, tan bien, que parece un juicio real. Pues bien, aparte de que el juicio está muy bien reflejado en estos números, vemos como se han complicado las cosas debido al conocimiento de su doble identidad y es que tiene que defender a un superhéroe acusado, el Tigre Blanco. La historia se sucede con naturalidad, a través de multitud de diálogos muy bien construidos y con escenas nada forzadas. Los personajes se mueven de forma lógica y cada uno busca su propia conveniencia, así como los abogados son muy buenos en su trabajo y vemos una disputa entre ellos que te hace pensar que el resultado final no va a ser bueno, sino muy inseguro y te dejan con intriga y ganas de descubrir como va a acabar todo esto. No hace falta decir que el final te deja con la boca abierta, aunque te lo esperes. Por cierto, aquellos que odian leerse un número de Bendis porque tarda unos 3 minutos en hacerlo están de enhorabuena, esta saga está bien cargada de diálogos, y muy buenos, por cierto.
Ahora vamos con los sustitutos de Maleev, que son Manuel Gutierrez y los Dodson. Manuel Gutierrez es buen dibujante, realista y expresivo, encaja a la perfección en esta saga. Refleja a la perfección la desesperación de Tigre Blanco, que no está seguro de como va a acabar el juicio. Nos enseña un Matt Murdock sereno y concentrado en su trabajo. Además, narra perfectamente y hace un buen trabajo, hace que no eches de menos a Maleev. Los Dodson hacen un buen trabajo también, aunque solo dibujan un número. Da la impresión de que están fuera de su especialidad, que son las mujeres macizas y los adolescentes. Pero no es así, narra bastante bien el capítulo final y la aparición final de Daredevil impone, en general lo hacen muy bien. No obstante, les fallan las expresiones faciales, que no son nada del otro mundo, así como las sombras, muy irreales.
En fin, una buena saga, que cumple con su cometido y es muy apetecible de leer.
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