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Pero siempre me ha gustado Warren Ellis como guionista, un tipo ácido al que le gusta subvertir los conceptos asociados a los superhéroes, por lo que decidí darle una oportunidad a la serie. Y de momento no me ha decepcionado.
Para empezar, Ellis revoluciona el equipo introduciendo auténticos pesos pesados de los villanos, tales como Veneno o Bullseye, verdaderos psicópatas necesarios para su nueva tarea, que no es otra que la de dar caza a los héroes no registrados del Universo Marvel. Pero esto no significa que los Thunderbolts trabajen de forma voluntaria para el gobierno, sino más bien todo lo contrario: son simples prisioneros a los que se les encarga un determinado trabajo forzoso, por lo que no dudan en vejar todo lo posible a los adversarios a los que se enfrentan, auténticos defensores de sus conciudadanos que sin embargo son vistos como el enemigo por la población civil.
A pesar de ello, se deja patente desde el principio que al equipo le cuesta doblegar a los héroes de tercera a los que se enfrenta, debido a las luchas internas de poder entre Norman Osborn, Piedra Lunar y Pájaro Cantor, así como a la inestabilidad y bajeza de la mayoría de sus miembros, y a su incapacidad total para trabajar de forma conjunta, lo que hace que sea más evidente la injusticia, la crueldad y la obscenidad que actualmente impera en la realidad Marvel, gracias a los acontecimientos de la Guerra Civil y a Ley de Registro de Superhumanos.
Además, por lo visto en el inicio del segundo arco, Ángeles enjaulados, Ellis quiere llevarnos en un viaje hacia la locura a través de los personajes, aumentando el ritmo del comic mientras nos rebela los demonios interiores de cada uno de ellos, hasta alcanzar lo que seguramente será el explosivo final de su etapa.
Como conclusión personal, no creo que Ellis haya revolucionado el mundo del comic-book actual con este trabajo “ de alquiler ” como el mismo lo califica, algo que sí pudo hacer unos años atrás con The Authority, pero está tejiendo una historia lo suficientemente entretenida y lo bastante salvaje como para divertirme, llegando incluso a sorprenderme algunas veces, por lo que el viaje está siendo satisfactorio. Sólo queda esperar que una vez acabado, tanto Christos Gage como Andy Digle sean buenos sucesores del espíritu trasgresor que Ellis ha sabido darle a esta serie.
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