A veces encontrar la verdad es más fácil que enfrentarse a ella
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Sinopsis | Hank, veterano de guerra americano, debe investigar la desaparición de su hijo Mike, soldado destinado en Irak que misteriosamente se ausenta sin permiso de su base. Con la ayuda de la detective Sanders y de su mujer, irá reviviendo las experiencias del muchacho en Irak. Lo que descubre le hará incluso cuestionarse su propia carrera militar...
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Crítica | Puntuación del crítico: 9 | En primer lugar, la mejor película estrenada en lo que llevamos de año (lo cual tampoco es difícil, por cuestiones obvias), pero además, probablemente sea también por extensión de lo mejor del año pasado, junto a Cartas desde Iwo Jima, Babel y Pequeña Miss Sunshine. Haggis, que ya había mostrado grandes dotes para captar en diálogos tan certeros y significativos como naturalistas y coloquiales distintos aspectos de la sociedad estadounidense, en este caso, y sirviéndose de ese mismo talento, explora el legado bélico generacional de la sociedad estadounidense, desde los veteranos de Vietnam hasta la actual guerra de Irak, centrándose en esta última. La película toma la forma de un thriller dramático desde el primer momento, sin irse en ningún momento por las ramas: desde el primer segundo de película sabemos de qué va el rollo que nos van a contar. La película, como thriller, va en línea recta hasta la resolución del caso, que de todas maneras y aunque está dignamente construido, es un marco para la parte dramática de la peli. Ésta, además de retratar el desamparo, la soledad o la frustración de los personajes, se sumerge inteligentemente en su psicología gracias a unos diálogos que retratan magníficamente sus luces y sus sombras, resultando de ello seres totalmente tridimensionales, casi tangibles, algo muy difícil de ver en el cine de hoy. Entre estos momentos encontramos secuencias realmente emotivas y potentes, como el reconocimiento del cuerpo por parte de Susan Sarandon o la conversación por teléfono en que Lee Jones le revela a esta misma el estado de su hijo. Pero todo hay que decirlo: en otras partes de la sensación de cierta torpeza, de que Haggis abusa del dramatismo, de que nos atragantamos un poco con los planos de infinito sufrimiento y la música. Son pocos momentos, por suerte, pero ahí están. Rodada y narrada desde el primer momento con fuerza, pero sin florituras y mucho menos énfasis que en Crash, es una película que analiza inmejorablemente la mentalidad de determinados sectores de la sociedad estadounidense que, directa o indirectamente, han quedado tocados por la guerra. Hay otros temas que asoman, tratados casi de soslayo, pero eficazmente, como el machismo imperante en el ejército y la policía y la inmigración. Y el factor humano siempre está presente: lo que representa la pérdida de un hijo, el dolor y la desolación que ello provoca, los sentimientos de culpabilidad. Una película enorme, muy sombría y muy amarga. Tommy Lee Jones realiza una interpretación muy memorable de ese ex-militar hierático. Deja huella, y por cierto, los últimos diez minutos son absolutamente magistrales, incluido ese intuible, pero no por ello menos emotivo y magnífico plano final.
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Waster | |
Ficha de Película enviada por Waster el 20 de Enero de 2008 |
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