Título Original: A Beautiful Mind País y Año: E.E.U.U., 2001 Género: Biográfica Dirección: Ron Howard Guión: Akiva Goldsman Música: James Horner
Intérpretes Russell Crowe, Jennifer Connelly, Ed Harris, Christopher Plummer, Paul Bettany, Adam Goldberg Una mente maravillosa es la biografía de John Nash, un genial matemático que alcanzó la fama en los años 50 gracias a sus novedosas y rompedoras teorías sobre la economía mundial, y que fue galardonado con el Premio Nóbel en el año 1994. Pero no nos equivoquemos: esta película no trata de un hombre de éxito que lo tiene todo. La película se basa principalmente en la lucha que mantuvo Nash para vencer a la esquizofrenia, apoyado en todo momento por su esposa. Se trata pues de una dulce película sobre la lucha contra la adversidad, la superación personal y sobre todo, el amor. Por que si algo nos queda claro del mensaje de esta película es esa frase que a los americanos les gusta tanto "El amor lo puede todo".
El papel de John Nash desde su juventud hasta la actualidad es interpretado por Russell Crowe, que vuelve a estar nominado al oscar como Mejor Actor por tercer año consecutivo (estuvo nominado en 1999 por El Dilema, y obtuvo el codiciado premio en el 2000 por Gladiator). Interpretar a alguien con las facultades mentales alteradas siempre es difícil y arriesgado. ¿Donde está el límite de la locura? Pero en este sentido, Crowe crea a un personaje entrañable, que se hace simpático al espectador por su encantadora excentricidad a los pocos minutos de película. Es comedido cuando debe serlo, e histriónico cuando la ocasión lo requiere. Consigue hacerse con el público mostrando el lado más vulnerable del personaje, su incapacidad de mantener relaciones con la gente, de una manera cercana, que te hace sentir cómplice de sus errores y aciertos. Es destacable también su camaleónica personalidad, ya que en esta película no vemos ni rastro de los otros personajes de Crowe. Cada gesto, cada movimiento de manos, cada paso nos parece completamente nuevo. Y eso es de agradecer.
Jennifer Connelly, actriz anteriormente vista en Dark City, El secreto de los Abbot o Dentro del laberinto (con David Bowie), es la encargada de darle la réplica a Crowe. Connelly interpreta a Alicia, la abnegada esposa de Nash, la mujer que le apoyó en todo momento y que nunca le abandonó, ayudándole a sobreponerse (que no vencer) a la enfermedad. Si algo podemos decir de la actuación de Jennifer Connelly es que es prácticamente impecable. Connelly pasea su frágil belleza por la pantalla con una fuerza que sobrecoge, pasando de ser una joven alumna fascinada por su profesor a una madura mujer que tiene que decidir entre su marido o una vida sin sobresaltos, sin dejar de mantener ese brillo en los ojos, esa sonrisa pícara, seduciendo al espectador (y al propio Nash) en cada fotograma.
Por otra parte, la película también cuenta con excelentes secundarios, entre los que destacamos a Ed Harris en un oscuro papel (que no pasaré a comentar pues desvelaría demasiado de la trama de la película). Lo único que se le puede criticar a la película es su excesivo sentimentalismo. Ron Howard afirmó en una entrevista: "quise hacer hincapié en aspectos de la mente de Nash que me maravillaron, y por eso la película es una historia de amor". Así pues que nadie se sienta engañado. Una mente maravillosa es una película para llorar y emocionarse, para descubrir lo grande que es el amor. Y es que algunas de las escenas más logradas (mi preferida: cuando Nash seduce a Alicia creando formas cotidianas en las estrellas) son las que magnifican la fuerza del amor. Lo cierto es que, después de ver como el pobre John Nash intenta vencer a la enfermedad ayudado en todo momento por su esposa durante casi dos horas y media, acabas sintiéndote algo empalagado. Pero a todos nos gusta que nos recuerden que hay cosas en el mundo que pueden vencer todas las adversidades, que el amor es para siempre y todo lo puede. ¿Y a quién no le gustaría vivir una historia de amor como esa?
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