La familia de Fievel decide volver a mudarse. Los Estados no resultan todo lo buenos que ellos esperaban, así que deciden ir a un destino algo más cálido: al lejano Oeste, en donde los gatos y los ratones son amigos. Por supuesto, Fievel no termina de creerse todo este cuento, y más tras escuchar la conversación que un grupo de gatos mantiene en el tren rumbo al oeste: los gatos no son en absoluto amistosos, solo quieren confiar a los ratones para que, cuando menos se lo esperen puedan llenar sus estómagos. Pero allí está Fievel, más crecido, más maduro y mucho, mucho más travieso que, junto con su amigo Tigre y nuevos piensa defender su pueblo como el mejor de los sherifs.
Crítica
Puntuación del crítico: 10
Se dice que segundas partes nunca fueron buenas... pero Fievel va al Oeste es sin duda la excepción que confirma la regla. El ratoncito continúa levantando pasiones y, pese a que sustituye parte de su inocencia por pura picardía, sigue siendo un gran personaje que proporciona a la película toda la frescura que le pueda otorgar como buen protagonista. En esta entrega aparecen nuevos personajes que son verdaderos puntazos, como el viejo perro sheriff, además de desarrollar más a antiguos conocidos, como la hermana de Fievel, Tanya, que adquirirá un papel importante en el largometraje. Y, por supuesto, Tiger no decepcionará en esta segunda parte.
Mirian F2
Ficha de Película enviada por Deedlit el 22 de Mayo de 2004
Es muy inferior a la primera parte con la que tanto me encariñé, pero no deja de ser una entrañable película para niños. nadie la confunda con las maravillas de Don Bluth.
La verdad, esta secuela me parece inferior a la primera parte... pero algo más divertida, ya que lo que reduce en carga dramática lo gana en humor, algo que queda patente en ese leve cambio de caracterización del protagonista que se ha mencionado.
Una curiosa versión animada y ratonil-gatuno-canina del género del western.