Vale, no os suena de nada. Es lógico, con la avalancha de tebeos que se publica últimamente, que los títulos menos populares y los publicados por editoriales más pequeñas pasen desapercibidos.
Firebreather es una historia acerca de un chico, hijo de padres divorciados y de sus problemas para encajar en el instituto. Hasta aquí muy costumbrista todo, sino fuera porque el régimen de visitas de su padre lo regula la ONU , como tiene que ser cuando el progenitor es un dragón naranja de veinte metros de alto.
Podéis esperar un cómic bien narrado, con algunas secuencias muy bien desarrolladas y algunos homenajes velados (que no voy a comentar; si a alguien le pica la curiosidad, ya sabe). El dibujo es correcto y adecuado a la historia –y me había prometido a mí misma que no iba a decir que recuerda a Mignola, pero el caso es que lo recuerda vagamente por el uso de los bloques de negro y los diseños de monstruos-.
Respecto a la edición, Aleta ediciones ha hecho un buen trabajo.64 páginas a color, con su lomo, por seis euros…dejémoslo en que me sorprendió agradablemente. No os voy a largar el rollo sectario de “este es un comic distinto, una pequeña joya infravalorada que blablabla”. No es la revelación del siglo, pero sí es una buena incorporación a la biblioteca de cualquiera que quiera algo diferente a lo de siempre. Sólo os recomiendo que lo busquéis y que le echéis un vistazo. Sería una lástima que os lo perdierais por no haberlo visto.
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